lunes, 19 de octubre de 2009

"EN KIRCHNERLANDIA SE FABRICAN POBRES"

EN KIRCHNERLANDIA SE FABRICAN POBRES

Por Jorge R. Enríquez (*)

El Cardenal Jorge Bergoglio volvió a hablar sobre la pobreza. Dijo hace unos pocos días que "los derechos humanos se violan no sólo por el terrorismo, la represión, los asesinatos, sino también por condiciones de extrema pobreza y estructuras económicas injustas que originan grandes desigualdades", agregando que los pobres hoy son sobrantes de la sociedad y, por ende, tratados como material de descarte. La presidente se molestó y contestó: "Algunos hablan sobre la pobreza, otros hacemos".

Es cierto, hacen. Hacen pobres. Lo que no es cierto es que la Iglesia sólo hable. Decir eso es una muestra de supina ignorancia o de incalificable mala fe.

La Iglesia hace mucho en beneficio de los pobres. Y lo hace a un costo enormemente menor que el del asistencialismo clientelista de los Kirchner. El dinero que recauda va directamente a quienes lo necesitan. No se queda en punteros, organizaciones sociales truchas ni en sobreprecios. No trafica con los pobres.

Los Kirchner, por su parte, hacen pobres, los multiplican. Después de varios años de crecimiento a tasas chinas, por el viento de cola de la economía internacional, la Argentina tiene mucho más pobres que en los años noventa.

¿No era que todo lo que hacía este matrimonio tenía un fin redistributivo? Sí, pero en un sentido distinto.

Porque los Kirchner, además de pobres, también fabrican ricos. Se enriquecen ellos y les dan de comer a su séquito. Allí está el cadete Rudy Ulloa Igor como zar de los medios de comunicación. O los secretarios de la presidenta, que luego de haber trabajado por algunos años sólo en la administración pública multiplicaron varias veces su patrimonio.

El Cardenal Bergoglio sabe bien de lo que habla. No mira la pobreza por la televisión ni desde un helicóptero. Viaja todos los días en colectivo y en subte, como uno más.
Entra a las villas. Sin cámaras de televisión, sin periodistas, sin alarde, sin demagogia.
No hace política. Hace, con los limitados recursos con los que cuenta, lo que es su deber. Porque la pobreza, por más dibujos del INDEC que se ensayen, es un drama acuciante de los argentinos.

Es un problema social y económico, pero antes que nada es un problema moral, que todos tenemos la obligación de atender.


Dr. Jorge R. Enríquez
(*) El autor es abogado y periodista

http://saleconfritas.blogdiario.com/1255972293/

“Si a las tres de la mañana el virrey no ha renunciado, lo arrojaremos por la ventana de la fortaleza”. Gral Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano 1810.

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